1.- La Paz, Bolivia: "Matamos a Liliana Ledesma por mejicanera"
Confesiones de un argentino preso en el tenebroso penal de San Pedro. Vicente Roa Aguirre, un correntino de 36 años, dijo que su ex amigo Efraín Ichuta Vargas la acuchilló durante un forcejeo. Su testimonio, desde su lecho de enfermo, pone una bisagra a un caso por el que habría 5 inocentes acusados.
“Todo lo que se ha dicho en la Argentina en torno del crimen de Liliana Ledesma, ocurrido el 21 de septiembre de 2006 en Salvador Mazza, es mentira. Desde que era una pequeña productora, hasta los cinco imputados por su asesinato que, según tengo entendido, serán llevados a juicio en los próximos días.
Y lo digo sin temor a equivocarme porque yo estuve ese día en la pasarela en la que perdió la vida a cuchilladas y fui cómplice de Efraín Ichuta Vargas, quien fue el que le dio la estocada mortal mientras yo la sostenía por la espalda”, aseguró sin hesitar, aunque con un hilo de voz, el correntino Vicente Roa Aguirre, quien se halla muy enfermo, internado en calidad de paciente con custodia, en el Hospital General de Clínicas de La Paz, Bolivia.
Y lo digo sin temor a equivocarme porque yo estuve ese día en la pasarela en la que perdió la vida a cuchilladas y fui cómplice de Efraín Ichuta Vargas, quien fue el que le dio la estocada mortal mientras yo la sostenía por la espalda”, aseguró sin hesitar, aunque con un hilo de voz, el correntino Vicente Roa Aguirre, quien se halla muy enfermo, internado en calidad de paciente con custodia, en el Hospital General de Clínicas de La Paz, Bolivia.
Por el crimen de Liliana Ledesma, el juez de Instrucción de Tartagal, Nelso Aramayo, elevó a juicio a la hermana del ex diputado Ernesto Aparicio, Gabriela, a su esposo, Ceferino “Any” Tárraga y a Lino Abdemar Moreno, todos de la zona fronteriza. Además, imputó a los hermanos Delfín Reynaldo y Raúl “Ula” Castedo, en calidad de autores intelectuales.
El primero se encuentra detenido por narcotráfico en el penal de Palmasola, en Santa Cruz de la Sierra, y con extradición concedida por la Justicia de ese país a la Argentina, en tanto que el otro se halla prófugo.
El primero se encuentra detenido por narcotráfico en el penal de Palmasola, en Santa Cruz de la Sierra, y con extradición concedida por la Justicia de ese país a la Argentina, en tanto que el otro se halla prófugo.
Rosa Aguirre se encuentra preso desde abril de 2009 en el terrorífico y extraño penal boliviano de San Pedro, ubicado en el centro de la capital altiplánica, acusado de dar muerte a un sujeto en una pelea callejera el 10 de abril de ese año.
Desde el 26 de agosto, se encuentra recluido en el pabellón de Cirugía General del nosocomio, ya que fue golpeado sin piedad por un grupo de reos. Tiene el hígado destrozado, no puede comer y sus dolores abdominales “son inaguantables. Si voy a morir, quiero que sea en la Argentina, que es mi país. Y si ello ocurre, quiero que sea con mi conciencia tranquila. Quiero confesar mi crimen -aunque sólo fui cómplice- y que el verdadero responsable pague por ello.
Es mi ex amigo boliviano Efraín Ichuta Vargas, un tipo con el que yo hacía negocios desde 2004. Le compraba ropa y todo tipo de mercadería que luego vendía en mi provincia y en Formosa. A fines de julio de 2006, le pregunté en Yacuiba si tenía mercadería y él me dijo que haríamos un negocio grande.
Luego me pidió 5 mil dólares para darle a una persona, que resultó ser Liliana Ledesma, a quien yo conocía, lo mismo que a su marido, un tal Gili Villagómez, un ‘volteador’ (murió acribillado a balazos), como se le llama en Bolivia a los que ‘mejicanean’ y que se especializan en comprar droga u otras cosas pero luego no las pagan y matan o amenazan a sus víctimas.
Liliana, según me contó, debía llevarle 30 kilos de cocaína pura, de la buena, a Buenos Aires. Yo le presté 3.000 dólares para que pagara el transporte y él puso mil. Sin embargo, pasaron los meses y nada. Ella no contestaba ni daba señales. Luego, cuando Ichuta la ubicó, le dijo que la droga había ‘caído’, es decir, que se la habían secuestrado. Averiguamos en los diarios, en internet y con contactos sobre ello, pero nada. Liliana, lo que hizo, fue ‘voltearnos’”.
A Roa le cuesta hablar. Su piel carece de color; sus brazos están apenas recubiertos por piel y ya no pesa los 90 kilos -mide 1,85 metros- con los que entró a la cárcel. Apenas llega a los 64 kilogramos.
“Después de un tiempo, nos prometió que ellos -refiriéndose a su familia- nos irían pagando de a poco. Lo primero sería entregándonos una camioneta Toyota Hilux nueva, pero no pasaba nada. Incluso, comenzó a ponerse pesada y a amenazarnos. Y su hermano, un tal “Sula”, dijo que dejáramos de joder si no nos iban a matar.
Hasta que el 21 de septiembre, atravesamos la frontera y fuimos a la pasarela a esperarla. Nos ‘calzamos’ con dos 9 milímetros. Venía con una gorda y una caja de pizza. Ichuta le mostró el arma, la gorda se fue corriendo y yo la agarré por detrás.
Hasta que el 21 de septiembre, atravesamos la frontera y fuimos a la pasarela a esperarla. Nos ‘calzamos’ con dos 9 milímetros. Venía con una gorda y una caja de pizza. Ichuta le mostró el arma, la gorda se fue corriendo y yo la agarré por detrás.
Queríamos asustarla nomás porque muerta no nos servía. Pero ella, de pronto abrió la caja de pizza y sacó un cuchillo Tramontina y se lo hincó a Ichuta varias veces. El le tomó las manos, forcejearon y allí le cortó el rostro y los labios con la misma hoja. Luego ella cayó muerta y nosotros huimos a Bolivia. Fue un accidente”.
Fuente: Diario El Tribuno
Fecha: 11 DE SEPTIEMBRE DE 2009
http://informatesalta.com.ar/noticia/77108/la-paz-bolivia-matamos-a-liliana-ledesma-por-mejicanera
Fecha: 11 DE SEPTIEMBRE DE 2009
http://informatesalta.com.ar/noticia/77108/la-paz-bolivia-matamos-a-liliana-ledesma-por-mejicanera
Comentarios
Publicar un comentario