1.- Cristina publica una segunda carta desdiciendose de la primera
EL 22 DE ENERO, LA PRESIDENTA PUBLICÓ UNA NUEVA CARTA EN SU SITIO WEB CON UN SORPRENDENTE GIRO. DE LA HIPÓTESIS DEL SUICIDIO PASÓ A ESTAR “CONVENCIDA” DE QUE AL FISCAL ALBERTO NISMAN LO HABÍAN ASESINADO. “NO TENGO PRUEBAS PERO NO TENGO DUDAS”, AFIRMÓ TAJANTEMENTE. Y LE APUNTÓ A JAIME STIUSO, EXESPÍA DE LA SECRETARÍA DE INTELIGENCIA, CON VÍNCULOS CON EL FISCAL.
Segunda carta de Cristina Kirchner
AMIA y la denuncia del fiscal Nisman
Los espías que no eran espías.
Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio.
Ayer, los argentinos tomamos conocimiento de la denuncia completa del fiscal Nisman. Siempre se ha dicho que el idioma inglés, a diferencia del español, no tiene tanta diversidad de palabras para definir objetos, situaciones, adjetivos, etc. Y es cierto. Pero debo reconocer que en esta oportunidad, al ver y leer en el día de la fecha la tapa del diario porteño Buenos Aires Herald, la economía de vocabulario tiene también sus ventajas.
En efecto, el referido matutino expresa su opinión sobre la denuncia del fiscal Nisman y lo hace con precisión quirúrgica, o tal vez lingüística. Sobre un facsímil del dictamen, dos palabras inapelables: “Nothing new”. En español: “Nada nuevo”.
Por si no bastaba, agrega como subtítulo: “El reporte de Nisman fracasa en avivar las llamas de conspiración”. Fracaso y conspiración, dos palabras que si hubiera utilizado esta Presidenta sería objeto de las peores críticas. Creo que nadie podrá acusar al periódico de habla inglesa de ser un medio afín o cooptado por el gobierno.
Podría mencionar también el análisis de Horacio Verbitsky: ¨Alerta roja¨, publicado en Página 12 también en el día de la fecha, o el de Raúl Kollmann, en el mismo diario, páginas 2 y 3… pero ya se sabe, no faltarían quienes los impugnaran pese a ser ambos periodistas quienes han analizado y seguido el caso AMIA desde sus orígenes. Inclusive Horacio Verbitsky preside el CELS, que representa a familiares de víctimas del atentado, que integran el colectivo Memoria Activa.
Bueno Aires Herald, Página 12 y otros medios (no quiero ser injusta con nadie), derribaron como un castillo de naipes lo que fue presentado como “la denuncia del siglo”, que demostraría nada más ni nada menos que la complicidad de la Presidenta de la República, de su Canciller, y del Secretario General de La Cámpora, en el encubrimiento de los iraníes acusados de haber participado en el atentado a la AMIA hace 21 años.
Por mi parte, debo confesar que una rápida lectura de la denuncia publicada en el CIJ, sitio informático de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no hizo más que confirmar mis peores sospechas, y encontrar respuesta a muchos de los interrogantes que planteé el día 19 del corriente en la ÚNICA carta que escribí y compartí con el Pueblo argentino: “AMIA. Otra vez: tragedia, confusión, mentira e interrogantes”.
ÚNICA en mayúsculas se debe a que se publicó y habló de “una nueva carta de Cristina” (sic). NO. La carta fue una sola, difundida por distintos sistemas de la red. Basta con leer el texto, pero en la Argentina, tal como siempre lo afirmo, todos los días hay que volver a explicar lo obvio y simple.
Esta es la segunda, y con motivo, precisamente, de haber conocido finalmente el texto de la denuncia, al igual que el resto de los argentinos. Saludable signo democrático: la Presidenta denunciada se entera al mismo tiempo que el resto de los 40 millones a los que tiene la responsabilidad de representar.
Decía que la lectura de la misma no hizo más que confirmar mis peores sospechas. Tenía razón el Buenos Aires Herald: Nada nuevo. Pero también por otras razones: al informe de Nisman le “plantaron” información falsa. Casi una réplica de lo que me tocó ver en la comisión que seguía la investigación de la causa principal. Los presuntos agentes de Inteligencia que Nisman identificaba como miembros de una “SIDE paralela” en conexión “directa” con la Presidenta, Ramón Allan Héctor Bogado y Héctor Yrimia, NUNCA habían pertenecido a la Secretaría de Inteligencia, bajo ningún carácter. Es más, con fecha 12 de noviembre de 2014, la Secretaría de Inteligencia denunció criminalmente al Sr. Bogado por la posible comisión del delito de “tráfico de influencias”, ya que se presentaba ante funcionarios de Aduana como personal de Inteligencia. La causa se tramita en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 9.
Por si fuera poco, el 7 de agosto de 2013 se recibió en la Secretaría de Inteligencia un oficio librado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 en una causa por el delito de “extorsión” en el cual se solicitaba saber si Ramón Allan Bogado prestaba servicios en dicha dependencia, y en caso afirmativo, debía concurrir al Tribunal a declarar. Todo lo precedentemente detallado fue informado al juez Lijo a requerimiento del mismo, por haber quedado radicada la denuncia de Nisman en el juzgado a su cargo.
Dichas actuaciones tuvieron lugar antes de que asumieran las actuales autoridades de la Secretaría y quien puso en conocimiento de las mismas a sus superiores fue precisamente el entonces Director General de Operaciones, Ing. Antonio Horacio Stiusso, el día 10 de noviembre de 2014. La denuncia fue presentada al día siguiente.
Aquí es bueno recordar declaraciones del fiscal Nisman realizadas el 14 de enero de 2015 en el programa “A dos voces” del canal de cable TN (ya saben de quiénes se trata). Allí, ante una pregunta sobre el Ing. Stiusso de Alfano: -“¿Y que hizo Stiusso?”, Nisman contesta: -“Absolutamente todo lo que yo le pedía. Con quien coincidía muchas veces y tenía muchísimas discrepancias. Stiusso en un excelente profesional, no tengo dudas, pero a veces Stiusso como todo hombre de Inteligencia venía y me decía “tengo ésta prueba, en tal hecho participó fulano” y la explicación que me daba cuando me hablaba era coherente, la prueba la daba un informante de la triple frontera, “pero escúcheme, para Inteligencia es bárbara ésta prueba, yo tengo que ir ante un tribunal, me sacan corriendo, qué digo, ¿me lo dijo el señor Stiusso?” y se generaban discusiones. Yo solamente validaba jurídicamente a lo que le podía dar validez judicial”. Textual.
Si Stiusso era el que le daba toda la información que Nisman pedía y tenía, es más que evidente que fue el propio Stiusso el que le dijo (¿o le escribió?) que Bogado e Yrimia eran agentes de Inteligencia. ¿Es posible que se haya olvidado que él mismo lo había denunciado en noviembre del año pasado y se había iniciado causa judicial? Y si se había olvidado un hombre tan memorioso ¿no consultó con la oficina de Recursos Humanos?
Aquí cobran especial importancia las declaraciones del juez de la causa, Dr. Rodolfo Canicoba Corral, quien se ha referido críticamente a la participación del Ing. Stiusso, manifestando que en lugar de colaborar, terminó dirigiendo la investigación. Personalmente creo que hacía algo más que dirigirla. Los hechos hablan por sí solos.
Si entonces todo es falso; si los agentes no son agentes; si Interpol, en la persona de su ex jefe Ronald Noble, demolió la acusación sobre las alertas rojas afirmando que lo que decía Nisman era falso; si el comercio con Irán decrece en vez de aumentar luego del Memorándum; si los que venden granos no son ni la Presidenta, ni el Canciller, ni el Secretario General de La Cámpora, sino en forma privada y sin intervención del Estado, entre otras, las firmas: Bunge, Cargill, Nidera, Oleaginosa Moreno de la firma suiza Glencore, Aceitera General Deheza, Molinos Rio de La Plata, Vicentin, e inclusive el Sr. Jorge Aranda, directivo de Clarín, quién triangula operaciones de venta de arroz a Irán a través de la firma Molinos Libres S.A. Como se verá, empresas y empresarios que no son precisamente “amigos” del Gobierno, como gusta adjetivar Clarín a algunos que no responden a sus directivas o invitaciones.
Si además el Gobierno nunca compró petróleo a Irán; si además el supuesto agente iraní Jorge Alejandro Khalil aparece asociado comercialmente a su hermano Alberto Amado Edgardo Khalil, quién se desempeñó como Director General de Asuntos Jurídicos de la Legislatura porteña, designado por el entonces Vicepresidente de la Legislatura Santiago de Estrada y el entonces Secretario Administrativo Oscar Moscariello (hoy Vicepresidente de Boca Jrs. y dirigente del PRO). Luego, por Decreto, se le otorgó Poder General Judicial para representar al Gobierno de la Ciudad, y renuncia a la Dirección General de Asuntos Jurídicos 8 días después del procesamiento y dictado de prisión efectiva al ex Jefe de la Policía Metropolitana Jorge “el fino” Palacios por espionaje telefónico, entre otras personas, a familiares de víctimas de la causa AMIA.
Resulta extraño que quien profesa con tanto fervor la fe islámica, lo cual merece mi mayor respeto, y es un incondicional defensor de la República Islámica de Irán, algo completamente legal en Argentina, se asocie con dirigentes de un partido manifiestamente anti-iraní. Porque si bien los parientes no se eligen, los socios comerciales sí.
Asimismo, llama la atención que el fiscal Nisman, o quienes lo asesoraban en la investigación, se hayan interesado únicamente en escuchar telefónicamente a Khalil cuando hablaba con determinadas personas. En cualquier parte del mundo una investigación antiterrorista seria, lo primero que hace es determinar vínculos comerciales, de financiamiento, etc.
Es más, si algún juez o jueza profundiza la investigación sobre este ciudadano, además de escuchar su teléfono, tal vez se encuentre con información que nada tiene que ver con la religión, con Irán y con todas las cosas que parecen ser. Porque en la Argentina, como en todos lados, no todo lo que parece es, y viceversa.
En síntesis, la acusación de Nisman no sólo se derrumba, sino que constituye un verdadero escándalo político y jurídico. Y ahí está una de las claves. El fiscal Nisman no sabía que los agentes de Inteligencia que él denunciaba como tales, no lo eran. Mucho menos que uno de ellos había sido denunciado por el propio Stiusso. Tampoco investigó, fuera de las escuchas que le suministraba Stiusso, al ciudadano Jorge Alejandro Khalil.
A esta altura, los interrogantes que me planteaba el 19, se van convirtiendo en certezas, igual que cuando se avanzaba en la investigación de la causa AMIA.
La denuncia del fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el gobierno era la muerte del fiscal después de acusar a la Presidenta, a su Canciller y al Secretario General de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista a la AMIA.
El estrépito de la denuncia, sumado al marco internacional por lo sucedido en Francia, que aún sin pruebas ni sustento, plagada de información “plantada”, quedaba sepultada por la muerte del fiscal. Eso sí, bajo la forma de aparente suicidio. Recurso que ya ha sido utilizado en muchos casos tristemente célebres. Quiero recordar uno en especial para retomarlo más adelante, el de Lourdes Di Natale quién se “suicidara” tirándose por un balcón.
Al fiscal Nisman no lo hacen volver sólo para denunciar algo que sabían no tenía sustento y que no podía perdurar. Cuando la periodista Sandra Russo analiza el caso en Página 12 bajo el título “El truco de la confusión” y afirma que “quisieron usar vivo a Nisman y ahora lo usarán muerto”, se equivoca. Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible.
Porque surgen nuevos interrogantes a medida que se hacen públicas muchas cosas. ¿Por qué habría de suicidarse alguien que escribe un mensaje en su chat como el que escribe el fiscal Nisman cuando explica a un grupo cerrado de amigos su regreso intempestivo al país? En un tono casi épico, reflejando que venía a cumplir una tarea “para la que se había preparado pero no se la imaginaba tan pronto”.
¿Por qué se iba a suicidar alguien que en su chat explica que la tenía pensada hace tiempo pero que la había tenido que adelantar? ¿Tal vez lo hicieron venir por lo ocurrido en Francia? ¿O estaba pensada para la campaña presidencial? ¿O tal vez se adelantó por los cambios efectuados en la Secretaría de Inteligencia?
¿Por qué se iba a suicidar alguien que el sábado a las 18:27 le envió una foto a Wolff, miembro de la DAIA, de una imagen de su escritorio donde se ven papeles y resaltadores, y le aseguraba que se estaba preparando para la reunión del día lunes en Diputados? El propio Wolff expresa textualmente: “Le escribí para consultarle sobre quién debía levantar el secreto de sumario sobre los miembros de los servicios de Inteligencia. El me respondió que quien lo tenía que hacer era el Secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, y me envió una foto del escritorio en el que estaba trabajando”.
¿Por qué se iba a suicidar si no sabía que era falsa la información que estaba en el informe? Estas respuestas seguramente las podrán dar quienes lo convencieron de que tenía en sus manos “la denuncia del siglo” proporcionándole datos falsos.
Pero además, si hubiera tenido sospechas de falsedad de información o de falta de sustento en el supuesto de que se lo habían escrito “otros” ¿Por qué se iba a suicidar alguien que ya había sido acusado por numerosos familiares de las víctimas del atentado en la AMIA o directamente lo habían recusado? ¿En qué hubiera cambiado su vida si el informe no tenía sustento y el juez a cargo, como es común, corriente y sucede a diario, le dicta un “téngase presente y resérvese hasta que se adjunte más prueba”?
¿Por qué se iba a suicidar alguien que siendo fiscal gozaba, él y su familia, de una excelente calidad de vida? Pero además, ¿por qué iba a pedir prestada un arma para suicidarse cuando el fiscal tiene registradas dos armas a su nombre en el RENAR? Una pistola semiautomática marca Bersa calibre 22 plg largo rifle (similar a la que fue hallada junto a su cuerpo) y un revólver acción doble marca Rossi calibre 38.
Resulta imposible no observar que en cualquier lugar del mundo, si alguien aparece muerto por un arma que está registrada a nombre de otra persona y esa misma persona resulta ser la última que estuvo con él en vida, le entregó el arma en el mismo lugar del hecho, su casa, y es un íntimo colaborador suyo especialista en informática que trabaja también en la causa AMIA desde el año 2007, resulta cuanto menos raro. Muy raro. Por eso es más que conveniente que se le otorgue mucha protección al Sr. Diego Ángel Lagomarsino.
Como también resulta muy conveniente que se ordenen sumarios e investigaciones lo más rápidamente posible sobre la propia custodia del fiscal Nisman. Esto es: los 10 policías federales. ¿Si informaron inmediatamente de descubierto el hecho al 911 o a sus superiores? ¿Cómo se permitió el ingreso al lugar donde estaba el cuerpo del fiscal Nisman a un médico privado de una obra social antes de dar cuenta al juez, a sus superiores, a los forenses?
Interrogantes estos y otros que deberán ser investigados por la jueza y la fiscal de la causa. Sí, ya sé. Llegaron a mí la publicaciones en Twitter y Facebook de la jueza interviniente. Manifestaciones no solamente de neto corte opositor hacia el gobierno nacional, sino que diría hasta ofensivas hacia la figura presidencial que revisten mayor gravedad proviniendo de una funcionaria pública de otro Poder. Dicho sea de paso, también tuvo expresiones hacia su propia institución, cuanto menos, poco felices.
Pero lo que más me inquieta es que es la misma ueza que trató la causa del “suicidio” de Lourdes Di Natale, ex secretaria de Emir Yoma, quien lo denunció por pago de coimas y fue una figura clave en la venta ilegal de armas. La causa se cerró y Lourdes sigue “suicidada”.
No fue casual que en la única nota que publiqué el 19 de enero, antes de conocer la denuncia de Nisman, en el segundo párrafo, y refiriéndome concretamente a la muerte del Fiscal Nisman, escribí con signo de interrogación “¿suicidio?”.
Hoy no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas. Había que traerlo urgente al país para aprovechar el estrépito internacional provocado por los actos terroristas ocurridos en Francia. Nisman mismo lo expresa en su chat cuando dice que no lo imaginaba tan pronto refiriéndose a lo que venía a hacer en su retorno imprevisto. Lo que nunca pudo imaginar es que el tiempo no solamente había comenzado a correr para la “denuncia del siglo”, sino también para su propia vida.
En varios medios de comunicación se recordaron, en estos días, casos de “suicidios” que nunca se esclarecieron: el Brigadier Etchegoyen que investigaba en la Aduana un caso de narcotráfico, mientras la aeronáutica era conducida por su camarada José Antonió Juliá (padre de los dos condenados en España por narcotráfico); el Capitán de Navío Horacio Pedro Estrada que estaba imputado en la causa por venta ilegal de armas; Marcelo Cataneo, acusado de pagar coimas en el caso de Banco Nación-IBM; el caso de la propia Lourdes Di Natale que mencioné en párrafos anteriores.
Sin embargo, el caso del fiscal Nisman es diferente. Todos los casos mencionados remiten a cuestiones de corrupción y dinero. El caso AMIA es otra cosa. Es el mayor atentado terrorista que sufrió nuestro país y cobró la vida de 85 argentinos. Las víctimas y sus familiares esperan justicia hace 21 años y es precisamente desde allí, desde el Poder Judicial, único encargado de investigar, acusar, juzgar y condenar a los responsables de tanta tragedia, desde donde se puede cumplir esa demanda permanente de Verdad y Justicia.
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de la Nación Argentina
Fuente: Media Perfil
http://media.perfil.com/nisman-la-muerte-del-final/2015/02/13/segunda-carta-de-cristina-kirchner/
http://media.perfil.com/nisman-la-muerte-del-final/2015/02/13/segunda-carta-de-cristina-kirchner/
2.- Desconcertante giro: la Presidenta dice que fue asesinato y no un suicidio
En un nuevo mensaje publicado en Facebook, afirmó que está "convencida" de que se trató de un crimen y culpó al ex agente de la Secretaría de Inteligencia Stiusso; "Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto", escribió sobre el fiscal.
La presidenta Cristina Kirchner cambió ayer el relato oficial y descolocó a todos los funcionarios de su Gobierno. La mandataria debió aceptar la hipótesis de que la muerte del fiscal Alberto Nisman fue un homicidio y archivar la tesis del "suicidio inducido" que había levantado la Casa Rosada. "Los espías que no eran espías. Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio", escribió la mandataria en una segunda carta en su página de Facebook.
Según la Presidenta, Nisman fue asesinado por los mismos que según su opinión "le plantaron información falsa" en su denuncia por encubrimiento del Gobierno a Irán por el atentado a la AMIA, que presentó el miércoles 14 de enero.
La mandataria acusó al ex director general de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI) Antonio "Jaime" Stiusso de darle la información a Nisman para su denuncia. Con lo cual lo responsabilizó implícitamente de la muerte del fiscal.
Señaló en esa línea que "la operación contra el Gobierno no era la denuncia en sí misma" sino que "la verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del fiscal después de acusar a la Presidenta".
Según la Presidenta, esos sectores, léase Stiusso, lo necesitaban muerto para consumar una operación contra ella. "Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible", escribió Cristina. En buen romance, los culpables pasaron a ser los que ayudaban a Nisman en la investigación y posterior denuncia y no los afectados por su informe.
"La denuncia plagada de información plantada quedaba sepultada por la muerte del fiscal", dijo ella.
En esta línea, confiaron a LA NACION fuentes del Gobierno, los funcionarios y la propia Presidenta podrían trazar en el futuro una supuesta conexión entre Stiusso y los servicios de Inteligencia extranjeros, como la CIA, de los Estados Unidos, y el Mossad, de Israel, que asistieron a Stiusso en la investigación de la pista iraní del atentado a la AMIA. Cerraría el círculo de la conspiración internacional perfecta para Cristina.
Así las cosas, la principal víctima para la Presidenta no sería Nisman, sino ella misma. Será el nuevo relato de Balcarce 50 y del PJ, que ayer denunció un complot de espías, jueces, sectores económicos y de la prensa para desestabilizar al Gobierno.
Los motivos del giro abrupto en el discurso y el cambio del "suicidio inducido" por el "no fue suicidio" fueron varios. Por un lado, se acomodó a las encuestas que indican que la mayoría de los ciudadanos cree que fue un atentado y no le creía a la Casa Rosada. Además, el Gobierno sintió la presión internacional de los principales diarios del mundo, que reclamaron esclarecer el caso.
En lo local, la clave del cambio de discurso fue la irrupción de elementos que hacían insostenible la tesis del suicidio. El principal fue el empleado de la fiscalía de la AMIA Diego Ángel Lagomarsino, que dijo haberle llevado una pistola Bersa 22 a Nisman el sábado pasado por pedido del fiscal para su seguridad, pese a que Nisman tenía dos armas. Cristina planteó sospechas sobre Lagomarsino y dijo que debe ser "muy custodiado".
También en Olivos pesaron la prueba de la pólvora que dio negativa sobre las manos del cadáver y las conductas de la custodia que abandonó el viernes a Nisman, incurrió en demoras el domingo y convocó antes a los familiares que dar aviso a su línea de superiores de la Policía Federal y luego no llamó al 911.
La Presidenta pidió un sumario administrativo para los custodios, y el secretario de Seguridad, Sergio Berni, lo ordenó de inmediato.
El Gobierno admitía que un conjunto de datos debilitaban la tesis del suicidio alentada desde el lunes: la carta a la empleada con una orden de compras de supermercado, la puerta de servicio sin traba y el tercer acceso al departamento mediante un pasadizo de aire acondicionado.
En su carta, difundida por su cuenta en Twitter, Cristina Kirchner señaló como el principal de los "datos falsos" que Stiusso le "plantó" a Nisman para su denuncia la acusación al supuesto espía Allan Bogado, que luego el Gobierno desmintió que fuera personal de la SI. Argumentó que Bogado había sido denunciado por Stiusso por "tráfico de influencias" por no ser de la SI en 2013 y 2014. Pero, precisamente, Nisman que tenía a Stiusso como asesor también lo imputaba, sin especificar si era orgánico o inorgánico en la secretaría, lo cual evidenciaba que lo tenían en la mira.
La Presidenta no se refirió a las pruebas y escuchas sobre los otros acusados como el piquetero Luis D'Elía; el jefe de Quebracho, Fernando Esteche; el diputado kirchnerista y jefe de La Cámpora, Andrés Larroque, o el canciller Héctor Timerman.
Luego planteó una serie de interrogantes por los cuales se debilitaba la hipótesis del suicidio para concluir que fue un homicidio perpetrado por los enemigos del Gobierno.
Fuente: La Nación
Por: Mariano Obarrio
Fecha: Viernes 23 de enero de 2015
http://www.lanacion.com.ar/1762445-desconcertante-giro-la-presidenta-dice-que-fue-asesinato-y-no-un-suicidio
http://www.lanacion.com.ar/1762445-desconcertante-giro-la-presidenta-dice-que-fue-asesinato-y-no-un-suicidio
3.- La oposición criticó la nueva carta de Cristina Kirchner
La oposición no tardó en expresar su malestar al conocerse la segunda carta de la Presidenta Cristina Kirchner donde afirma que el fiscal Nisman "no se suicidó".
La diputada Elisa Carrió afirmó que "la falta de seriedad de la presidente sólo trae miedo a la sociedad". "Apenas conocida la muerte del Fiscal Nisman habló de suicidio, derrumbada la tesis del suicidio habla de asesinato, lo único que mantiene siempre es que la culpa es de la víctima", dijo por medio de un comunicado de prensa y planteó que la Presidenta "lo único que mantiene siempre es que la culpa es de la víctima". Por su lado, el senador de la UCR Ernesto Sanz sostuvo en declaraciones Radio Mitre que si la jefa de Estado "cree a Nisman lo mataron tiene que descabezar a la cúpula de Seguridad" y manifestó que el planteo reviste de una inmensa "gravedad", "pasar de alentar la hipótesis del suicidio al asesinato, tiene que tener consecuencias. Si primero creían que era suicidio y ahora no es porque hay alguien vinculado al Estado que los convenció de esto. Y hay que llevarlo rápidamente a la Justicia".
Y criticó que la Presidenta continúe comunicándose por su cuenta de Facebook. Por su lado, la diputada de Propuesta Republicana, Laura Alonso, consideró que el giro en el planteamiento de Fernández confirma "que Argentina se quedó sin Gobierno" y tiene "un Estado muy débil". A las críticas se sumó desde el Frente Renovador el diputado Francisco de Narváez que señaló que la jefa de Estado "no tiene el derecho de intervenir en la independencia de la Justicia con esta tragedia". "Le pido que deje actuar como una adolescente que busca condicionar desde su cuenta de Facebook", dijo en declaraciones a Radio Mitre. Entre las voces que se sorprendieron con la nueva carta, se escuchó la de presidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), Julio Schlosser, que dijo: "A cualquiera de los más aventurados o los más agoreros no se le hubiera ocurrido hablar de que la Presidenta nos dijera que no fue suicidio; tal vez tenga una información que nosotros no tenemos", y replicó: "Estamos cansados de no tener respuesta, lo que nosotros queremos es la verdad y la verdad parece más lejos, las dudas se van agrandando. Con estas declaraciones las dudas se agrandan más", dijo en La Once Diez. El senador Fernando Pino Solanas exigió por su lado, que la presidenta Cristina Kirchner pida la renuncia de los funcionarios de Seguridad. "La conducta de los funcionarios de Seguridad en relación a la muerte del fiscal Nisman es escandalosa y repudiable. La misma Presidenta ahora contradice la versión instalada desde el oficialismo y tampoco cree que fue un suicidio", dijo Solanas. El senador planteó que Sergio Berni "El es el responsable de las 4 fuerzas de Seguridad nacionales, de la inteligencia criminal y de los 10 custodios asignados a Nisman, afirmó.
Fuente: Clarin.com
Tema: Política
Fecha: 22/01/15
http://www.clarin.com/politica/Nisman-AMIA-muerte_del_fiscal_Alberto_Nisman-carta-Cristina_Kirchner-oposicion-criticas-Gobierno_0_1289871250.html
Tema: Política
Fecha: 22/01/15
http://www.clarin.com/politica/Nisman-AMIA-muerte_del_fiscal_Alberto_Nisman-carta-Cristina_Kirchner-oposicion-criticas-Gobierno_0_1289871250.html
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