1.- ¿Quién está involucrado en la muerte de Alberto Nisman?
El fiscal argentino Alberto Nisman lideraba desde 2004 la Unidad Fiscal de Investigación AMIA (UFI-AMIA), a cargo de esclarecer el atentado terrorista de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), un centro comunitario judío en Buenos Aires.

El 14 de enero el fiscal denunció a la presidenta argentina, Cristina Kirchner, y a otros altos funcionarios del Gobierno nacional, por encubrir a los iraníes acusados como responsables del ataque terrorista.
Cuatro días más tarde fue hallado muerto en el baño de su casa, justo un día antes de exponer el contenido de su denuncia ante el Congreso.
Antes de fallecer había dicho a su amigo Gustavo Perednik: “Gustavo, créeme, yo a estos los meto presos o se van a tener que ir del país”, en referencia a la presidente, el canciller Héctor Timerman, y otros cercanos al Gobiernos a quienes acusaría.
Cristina Kirchner
La presidenta ha querido tener la última palabra sobre las hipótesis de lo sucedido en el apartamento de Nisman antes de su muerte. (Taringa)
Tras mantener casi 24 horas de silencio, la presidenta argentina optó por la red social Facebook para escribir un mensaje en relación a la muerte del fiscal. Allí insinuó que se trataría de un suicidio, aunque días más tarde cambió su opinión y aseguró que se trataba de suicidio inducido.
Para Kirchner, detrás de la muerte de Nisman hay integrantes de la Secretaría de Inteligencia (SI) que pretendían perjudicarla.
El 26 de enero envió al Congreso un proyecto de ley para disolver la SI y crear un nuevo organismo de inteligencia.
A comienzos de febrero, dos periodistas del diario argentino Clarín revelaron que en el departamento del fiscal hallaron un borrador de su denuncia que incluía la solicitud de una orden de arresto contra la mandataria.
Diego Lagomarsino
Es técnico informático colaborador de Nisman. El día anterior a la muerte del fiscal, Lagomarsino le había prestado un arma al fiscal el día anterior al que fue hallado muerto. Presuntamente esa arma habría sido utilizada para acabar con la vida del fiscal.
Lagomarsino es, hasta el momento, el único acusado en la causa por la muerte del fiscal, aunque no se lo vincula directamente con la muerte de Nisman, sino con haberle facilitado un arma a alguien que no tenía autorización para portarla.
Alejandra Gils Carbó
Gils Carbó es identificada por los medios locales como una funcionaria cercana al Gobierno local. (Diario Registrado)
La procuradora general Alejandra Gils Carbó, jefa de todos los fiscales, es conocida por su afinidad con el Gobierno nacional.
Tras la muerte de Nisman, designó a cuatro fiscales para reemplazar a Nisman a cargo de la UFI-AMIA, dos de ellos están vinculados a la agrupación Justicia Legítima, cercana al Gobierno de Kirchner.
Según la diputada argentina Laura Alonso, Nisman le informó que Gils Carbó buscaba desplazarlo de la fiscalía y ese sería uno de los motivos por los que el fiscal adelantó la fecha de presentación original de su denuncia.
Vivian Fein
Es la fiscal a cargo de la investigación por la muerte de Nisman. Fein aún no descartó ninguna de las hipótesis en torno a la muerte del fiscal: suicidio, suicidio inducido u homicidio.
Para el fiscal Ricardo Saenz, Fein se encuentra “preocupada y presionada” por el Gobierno. Desde el Ejecutivo cuestionaron su desempeño al frente de la investigación, mientras que la exesposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, tampoco está satisfecha con su actuación.
Una testigo que presenció el procedimiento inicial en el departamento de Nisman denunció graves irregularidades en la escena de la muerte, y específicamente apuntó contra Fein como quien dirigía la manipulación de las evidencias.
Jaime Stiuso:
Kirchner acusa a Stiuso de planificar el asesinato de Nisman como parte de un plan para incriminarla. (Diario Veloz)
El exdirector de Contrainteligencia de la SI fue desplazado de su cargo en diciembre de 2014 tras servir durante 43 años como agente de inteligencia.
La presidenta Kirchner acusó a Stiuso de ser el responsable de la muerte de Nisman, quien la habría utilizada para armar una operación política contra ella.
El exagente de inteligencia mantenía un contacto fluido con el fiscal ya que funcionaba como el nexo entre este y servicios de inteligencia extranjeros.
La fiscal Fein lo citó a declarar por las “reiteradas comunicaciones” que mantuvo con Nisman horas antes de su muerte.
Los custodios
Los policías Armando Niz y Rubén Miño estaban a cargo de la custodia de Nisman el día de su muerte. En sus declaraciones ante la fiscal Fein, los agentes se contradijeron sobre el lugar en el que se encontraban y el horario en el cual subieron al departamento de Nisman.
Ambos fueron pasados a disponibilidad de sus departamentos por demorar en notificar a sus superiores acerca de la falta de respuesta de Nisman.
Sergio Berni
El secretario de Seguridad fue uno de los primeros en ingresar al departamento del fiscal el 19 de de enero.
Fue criticado por invadir la escena de la muerte cuando sus facultades no se lo permitían. Por ese motivo la ONG “Paso a paso Argentina” lo denunció por encubrimiento.
Fuente: Panam Post
By Adam Dubove
Last updated Feb 18, 2015
Last updated Feb 18, 2015
https://es.panampost.com/adam-dubove/2015/02/18/quien-esta-involucrado-en-la-muerte-de-alberto-nisman/
2.- El hombre que sabía demasiado (de Cristina)
Muerte del fiscal Nisman
Cómo el favorito de los Kirchner se convirtió en la peor pesadilla de la presidenta
Terminó con un tiro en el baño horas antes de acusarla de 'tapar' un atentado
Reconstrucción minuto a minuto del camino hacia la muerte del fiscal Nisman
¿Se cumplirá su profecía? 'Más temprano que tarde la verdad triunfa'

Alberto Nisman, en su juventud, antes de hacerse cargo del caso AMIA.
Ocho rotuladores amarillos apenas alcanzan para subrayar las 288 hojas de su denuncia. Sábado 17 de enero. Alberto Nisman trabaja a destajo. No hay margen de error: en 36 horas debe presentar ante el Congreso una denuncia que imputa a la presidenta de su país,Cristina Kirchner, en un supuesto plan secreto para darle inmunidad a unos iraníes sospechosos de haber atentado contra la sede judía de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994 con el resultado de 85 muertos.
Su móvil arde. Llama a sus colaboradores. Chatea por WhatsApp con periodistas, dirigentes de la comunidad judía, colegas y más. No hay margen de error, además, porque los dirigentes cercanos a la presidenta ya han advertido que saldrán con "los tapones de punta" contra el fiscal.
Su móvil arde. Llama a sus colaboradores. Chatea por WhatsApp con periodistas, dirigentes de la comunidad judía, colegas y más. No hay margen de error, además, porque los dirigentes cercanos a la presidenta ya han advertido que saldrán con "los tapones de punta" contra el fiscal.
Son las 18.27. Nisman está eufórico ante el desafío. Acomoda las pilas de su expediente y amontona los fibrones. Toma el móvil, enciende la cámara y le hace una foto para un dirigente de la comunidad judía de mucha confianza. "Acá estoy trabajando. Qué te parece esto?", escribe mientras envía la imagen. Hasta aquí retumban los golpes de orgullo sobre su pecho.
Son los últimos retoques de la obra maestra. A los 51 años, Natalio Alberto Nisman está frente a la denuncia de su vida . Se lo ha dicho a su ex mujer, la juez Sandra Arroyo Salgado. Se lo ha dicho a su hija, pero no ha sido fácil. Festejaban sus 15 años en un viaje por Europa hasta hace pocos días, cuando radicalmente cambió de planes. Habían caminado por la orilla del Támesis, en Londres. Habían cruzado ya los canales de Amsterdam y les quedaba todavía un fin de semana de esquí en Andorra. Pero no. De pronto, Nisman adelantó siete días su regreso. ¿Por qué?

LA ÚLTIMA FOTO. A las 18.27 del sábado 17 de enero, Nisman tomó esta imagen con su móvil y se la envió a un dirigente judío de su confianza: "Acá estoy trabajando. Qué te parece esto?".
Cae la noche de verano en Buenos Aires. El fiscal está asustado. Le pidió ayer [viernes 16] a su colega Carlos Stornelli que lo ayudara a resguardar algunas pruebas. Le dijo que le entregaría material sensible para que le guardara una copia en su fiscalía. Nisman llama a Diego Lagomarsino, un empleado de su máxima confianza. Este licenciado en sistemas es el encargado de cifrar y proteger los archivos digitales del fiscal.
Trabaja desde su casa pero tiene un alto sueldo (unos 3.700 euros) para un empleado judicial. Nisman le pide además un favor personal: que le preste su pistola Bersa calibre 22. Dice que la necesita "por seguridad". ¿Qué ha pasado con las dos armas que tenía registradas a su nombre?
Trabaja desde su casa pero tiene un alto sueldo (unos 3.700 euros) para un empleado judicial. Nisman le pide además un favor personal: que le preste su pistola Bersa calibre 22. Dice que la necesita "por seguridad". ¿Qué ha pasado con las dos armas que tenía registradas a su nombre?
El empleado se la lleva a su casa. Sube hasta el piso 13 del edificio Le Parc, en el lujoso barrio de Puerto Madero. Entra a su apartamento por la puerta de servicio, como era habitual. Están solos. Lo invita a tomar un café, pero le sorprende que esta vez se lo hiciera preparar al propio invitado. Se sientan en la mesa. Diego lo percibe tranquilo. Al poco rato sale por la puerta principal. El ascensor llega tan rápido que no se pueden despedir.
Lunes, 12 de enero
Europa queda atrás. Recién aterrizado en Buenos Aires, el fiscal comienza una lucha contrarreloj para pulir la denuncia. La ciudad estaba semivacía por las vacaciones, pero Nisman no tenía descanso. Llevaba dos años con la investigación. Eran días de tensión: mantuvo varias discusiones con sus empleados. Pocos imaginaban que haría pública la denuncia cuando la Justicia estaba de fiesta. ¿Por qué lo hizo? ¿Habrá recibido una orden, como aseguró Kirchner a través de Facebook?
Nisman se preparaba para una guerra. Estaba ante el punto de inflexión de su carrera. Se lo había dicho a sus amigos por WhatsApp: "Este es un mensaje de difusión masiva para un grupo pequeño y querido... Debí suspender intempestivamente mi viaje de 15 años a Europa con mi hija y volverme. Imaginarán lo que eso significa.
Pero a veces en la vida los momentos no se eligen. Simplemente las cosas suceden. Y eso es por algo... Me juego mucho en esto. Todo, diría. Pero siempre tomé decisiones. Y hoy no va a ser la excepción. Y lo hago convencido. Sé que no va a ser fácil, todo lo contrario. Pero más temprano que tarde la verdad triunfa. Y me tengo mucha confianza". Y cerró el chat: "Gracias a todos. Será justicia. ¡Ah! Y aclaro, por si acaso, que no enloquecí ni nada parecido. Pese a todo, estoy mejor que nunca. Jajaja :)".
Pero a veces en la vida los momentos no se eligen. Simplemente las cosas suceden. Y eso es por algo... Me juego mucho en esto. Todo, diría. Pero siempre tomé decisiones. Y hoy no va a ser la excepción. Y lo hago convencido. Sé que no va a ser fácil, todo lo contrario. Pero más temprano que tarde la verdad triunfa. Y me tengo mucha confianza". Y cerró el chat: "Gracias a todos. Será justicia. ¡Ah! Y aclaro, por si acaso, que no enloquecí ni nada parecido. Pese a todo, estoy mejor que nunca. Jajaja :)".
Estaba ansioso y preocupado. Hiperactivo, como siempre, pero tan atolondrado al hablar que algunos periodistas apenas le entendían. Presionado como nunca. Nisman había intentado durante años contener sus nervios, últimamente incluso ejercitaba la respiración para relajarse. También le dedicaba tiempo a su figura, en especial desde su separación, hace dos años. Ante los medios aparecería con unos kilos menos y algún retoque en su cara.
Era incalculable el peso político de su presentación. Pero era la final que cualquier fiscal quiere jugar. ¿Qué tienen en común terroristas iraníes, Cristina Kirchner, los agentes secretos argentinos, la comunidad judía, los terroristas libaneses de Hezbolá, el Departamento de Estado norteamericano y los más pesados movimientos de Argentina? Nisman.
Todos pueden haberse sentido afectados / traicionados / decepcionados con su investigación. O todas esas cosas al mismo tiempo. Todos poseen capacidad de presión y, sobre todo, de daño. Nisman los conocía. Había dedicado sus últimos 14 años a investigar el atentado contra la AMIA: una camioneta bomba se estrelló contra la sede de la aseguradora en 1994, el mayor atentado contra la comunidad judía tras la Segunda Guerra Mundial.
Todos pueden haberse sentido afectados / traicionados / decepcionados con su investigación. O todas esas cosas al mismo tiempo. Todos poseen capacidad de presión y, sobre todo, de daño. Nisman los conocía. Había dedicado sus últimos 14 años a investigar el atentado contra la AMIA: una camioneta bomba se estrelló contra la sede de la aseguradora en 1994, el mayor atentado contra la comunidad judía tras la Segunda Guerra Mundial.
El fiscal nació en una acomodada familia judía, aunque él no es practicante. Hijo de un empresario textil, se licenció como abogado en la Universidad de Buenos Aires y comenzó a trabajar desde adolescente en los tribunales. Ascendió hasta que se topó con AMIA, la oportunidad de su vida y la causa de su muerte.
Un cambio de rumbo en la investigación le hizo un guiño. El entonces presidente Néstor Kirchner pidió en 2004 que fuera nombrado al frente de una nueva fiscalía especial para darle impulso a la causa. La tensión de estos días le habrá traído buenos recuerdos.
Como cuando acusó en 2006 a funcionarios iraníes de haber ideado el ataque y Hizbulá de haberlo ejecutado. Como cuando en mayo de 2008 pidió la detención del ex presidente Carlos Menem por entorpecer la investigación.Su imagen ya estaba asociada al kirchnerismo: lo acusaron de querer congraciarse con Cristina por atacar al ex mandatario.
Como cuando acusó en 2006 a funcionarios iraníes de haber ideado el ataque y Hizbulá de haberlo ejecutado. Como cuando en mayo de 2008 pidió la detención del ex presidente Carlos Menem por entorpecer la investigación.Su imagen ya estaba asociada al kirchnerismo: lo acusaron de querer congraciarse con Cristina por atacar al ex mandatario.
Su nombre ganaba credibilidad en la Casa Rosada. Sonó, incluso, como candidato a Procurador, el jefe de los fiscales, con el aval de Cristina. Pero con la muerte de Néstor, en 2010, y el memorando propuesto por el oficialismo para acercarse a Irán, Nisman se distanció definitivamente.
El fiscal reforzó su alineamiento con la embajada de EEUU -según los cables de Wikileaks-, hasta tal punto que solía adelantar algunas de sus presentaciones a los funcionarios estadounidenses antes de hacerlas públicas.
El fiscal reforzó su alineamiento con la embajada de EEUU -según los cables de Wikileaks-, hasta tal punto que solía adelantar algunas de sus presentaciones a los funcionarios estadounidenses antes de hacerlas públicas.
Miércoles, 14 de enero
La bomba. Nisman denuncia un "plan secreto" ideado por Cristina y encabezado por el canciller Héctor Timerman -judío practicante- para sellar la impunidad de los iraníes de AMIA a cambio de restablecer las relaciones bilaterales y su beneficiosa balanza comercial de granos argentinos por petróleo persa. Se convirtió en el hombre de la semana.
Si llamabas a su móvil saltaba el contestador. Algunas frases llamaban la atención, aunque se justificaban por el contexto y la magnitud de su acusación. "Yo puedo salir muerto de esto. Van a venir por mí", dijo. "Me juego la vida en esto. No me dejes solo", le pidió a un periodista de confianza antes de despedirse.
Si llamabas a su móvil saltaba el contestador. Algunas frases llamaban la atención, aunque se justificaban por el contexto y la magnitud de su acusación. "Yo puedo salir muerto de esto. Van a venir por mí", dijo. "Me juego la vida en esto. No me dejes solo", le pidió a un periodista de confianza antes de despedirse.
¿A qué le temía Nisman? El fiscal se enredó en una telaraña manejada por los poderes más influyentes. Se enterró en la feroz guerra interna de la Secretaría de Inteligencia en un año electoral. Es un poder dentro del poder: un grupo de presión que ha puesto en jaque a más de un presidente. Su denuncia está centrada en las 967 escuchas realizadas sobre el teléfono de Jorge Alejandro Yussuf Khallil, dirigente de la comunidad islámica que supuestamente oficiaba de nexo entre Argentina e Irán para forjar el pacto impulsado por Cristina Kirchner.
Nisman sostiene que Khallil intercambió mensajes con Mohsen Rabbani, ex agregado cultural iraní en la Argentina de los 90, acusado de ser el ideólogo del ataque a la AMIA. Los negociadores argentinos eran el diputado Andrés Larroque, amigo de Máximo Kirchner -hijo de Cristina-, el dirigente Luis D'Elía, utilizado por el gobierno como fuerza de choque ante conflictos sociales, y el dirigente de ultraizquierda Fernando Esteche. Menos Larroque, todos viajaron juntos por lo menos dos veces a Teherán en los últimos cinco años y se fotografiaron sonrientes en una mezquita.
El kirchnerismo agitó los fantasmas sobre la Secretaría de Inteligencia apenas se conoció la denuncia de Nisman. Argumentaron que era un carpetazo sin pruebas operado por agentes secretos. El gobierno se refería a la lucha interna que había intentado frenar Cristina: un mes atrás descabezó al organismo y puso a un ex secretario de la presidencia como número uno. También desplazó a Jaime Stiusso, líder de los espías en las sombras. Necesitaba controlar una pugna que incluía amenazas, extorsiones y hasta el raro asesinato del agente de contrainteligencia alias Lauchón Viale.
"A mí no me manejó Stiusso ni nadie. Las decisiones las tomo yo y son exclusivamente mías", dijo Nisman cuando se le preguntó por la influencia del ex espía en su presentación. Y reconoció que parte de su denuncia estuvo basada en información facilitada por el agente.
Martes, 19 de enero
El día después de la muerte de Nisman, Lagomarsino llora. Intenta, desde hace horas, declarar ante la Justicia. Está desconcertado, como todos los que habían tenido contacto con el fiscal en las últimas horas. "Era mi jefe", se justificó cuando le preguntaron por qué le entregó el arma. En su último encuentro, Nisman le habría dado documentación sensible. Teme por su vida. "Si camino por la calle no hago más de 200 metros vivo", habría afirmado.
Nisman le había pedido la pistola "por seguridad". Pero si el fiscal estaba preocupado, ¿por qué ordenó a su custodia que se retirara el viernes por la noche? Los policías regresaron al edificio el domingo a las 11.05, la hora pactada. Les pareció extraño que no fuera puntual. Subieron cerca de las 13.30 hasta el piso 13. Encontraron los periódicos en la puerta. Tocaron la puerta, pero nadie respondía. Nunca notificaron el disparo que, después de las 14.00, le quitó la vida.

LA ESQUELA. Así lamentó su familia la muerte en una pequeña esquela publicada en prensa. El fiscal se separó de su mujer hace dos años y tenía dos hijas adolescentes, Iara y Kala.
Su cuerpo había quedado tendido boca abajo en el baño. Su ropa interior y su camiseta estaban teñidas de rojo. A su lado, la pistola y un casquillo usado debajo de su tórax. Un tiro en la sien. La sangre inundaba todo. Las dudas también: su dedo quedó en posición de apretar el gatillo, pero sin rastros de pólvora. La duda invadió a todos, incluso a Cristina. "¿Por qué tomó la decisión de quitarse la vida?", se preguntó horas después de conocerse la noticia. Tres días después, cambió de opinión: "Estoy convencida de que no fue un suicidio".
Los custodios y su madre ingresaron seis horas después de su muerte al apartamento. Cruzaron el salón. Estaba todo ordenado. Intentaron abrir la puerta, pero el cadáver la obstruía. El charco de sangre intimidaba. Su madre apenas pudo ver que yacía boca abajo. Se fue. Sus custodios tampoco entraron. Al médico le valió con asomarse.
El ministro de Seguridad, que acudió al lugar antes incluso que la juez, dice que ni se acercó al baño. Nadie quería verlo. Su muerte fue certificada justo después de la medianoche. Nisman no pensó en cartas de despedida, pero sí dejó el encargo de las compras que su asistenta tenía que hacer el lunes, el día después de su muerte.
http://www.elmundo.es/cronica/2015/01/25/54c364afe2704e984c8b456f.html
El ministro de Seguridad, que acudió al lugar antes incluso que la juez, dice que ni se acercó al baño. Nadie quería verlo. Su muerte fue certificada justo después de la medianoche. Nisman no pensó en cartas de despedida, pero sí dejó el encargo de las compras que su asistenta tenía que hacer el lunes, el día después de su muerte.
Por: IVÁN RUIZ
Buenos Aires, Argentina
Actualizado: 25/01/2015 01:31 horas
http://www.elmundo.es/cronica/2015/01/25/54c364afe2704e984c8b456f.html
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