1.- El empleado de AFIP que denunció a Echegaray y vivió un calvario
SOSPECHAS DE CORRUPCIÓN.
Mario Gerschovsky trabajaba en el organismo y en 2009 acusó al funcionario K por supuesta corrupción. Asegura que soportó un terrible acoso laboral que recién se detuvo tras cuatro fallos judiciales.
Mario Gerschcovsky, el empleado de la AFIP que en 2009 se atrevió a denunciar a Ricardo Echegaray y luego atravesó una fuerte persecución judicial y laboral.
“La vida se ocupa de acomodar las cosas”, reflexiona Mario Gerschovsky, al saber que Ricardo Echegaray, el ex titular de la AFIP, ahora debe dar explicaciones ante la Justicia como sospechoso de haber cometido múltiples irregularidades desde su espacio de enorme poder dentro de la función pública. Gerchovsky conoce ese poder, porque lo sufrió en carne propia. En 2009 trabajaba dentro de ese organismo y denunció al funcionario kirchnerista ante la Oficina Anticorrupción. Eso le valió una terrible persecución laboral que terminó recién ahora, luego de que Echegaray fracasara varias veces en su intento de sancionarlo y dejarlo sin trabajo.
“En el 2009, y después de muchos años de auditor, pasé a formar parte del equipo de asesores de la mesa chica de Echegaray. Nada se sabía de corrupción por ese entonces, cuando Néstor (Kirchner) mostraba las bondades del modelo. Pero un día esta nariz de auditor se dio cuenta de cuál era el plan de Echegaray: un plan sistemático para desviar miles de millones de pesos de los impuestos de todos nosotros al mercado negro, un mercado fuera de la ley y del control”. Sin medias tintas, así describe Gerschovsky cómo empezó su largo calvario.
Con pruebas a su juicio suficientes, presentó de inmediato una denuncia ante la Oficina Anticorrupción. Pero a la semana -como tantas otras denuncias- su presentación fue desestimada. El empleado de la AFIP mostraba entonces “cómo funcionaba el sistema aceitado de coimas de la Aduana(Echegaray estuvo allí desde 2004 a 2008, antes de pasar a la ONCCA y la AFIP) y cuál era el porcentaje de cada parte de la pirámide aduanera”. Nada sucedió. Nadie investigó. La causa fue cerrada.
Gerschovsky contó aquellas primeras sensaciones en su muro de Facebook. “En ese momento momento no podía creer que Néstor tuviera un tipo así en la AFIP, hasta que el mismo Echegaray dijo: 'Yo hago sólo lo que me pide el Presidente'”.
Ricardo Echegaray, ex titular de la AFIP y actual jefe de la Auditoría General de la Nación.
El infierno comenzó inmediatamente después de aquella denuncia. Como es su costumbre en muchos casos que lo tienen como sospechoso, Echegaray pasó de denunciado a denunciante. Promovió de inmediato una auditoría interna y una denuncia contra el auditor de la AFIP que se había atrevido a apuntarlo. El argumento rayaba lo absurdo: “Decían que trabajaba para Lanata y para Clarín”, pues se acusaba a Gerschovsky de haberles filtrado información sensible del organismo.
En ese momento Echegaray destilaba impunidad. Nunca antes había sido tan poderoso aquel estrecho colaborador de la familia Kirchner desde que en 1996 desembarcó en Río Gallegos y se asoció con Rudy Ulloa Igor, el chofer y secretario del ex presidente.
La persecución interna que padeció Gerschovsky durante los siguientes cinco años de reinado de Echegaray en la AFIP tropezó varias veces con la Justicia. El freno definitivo sucedió cuando la Cámara de Casación, la máxima autoridad en el fuero penal, confirmó el sobreseimiento que en primera instancia favoreció al auditor en el juzgado federal de Claudio Bonadio. En una audiencia pública, Gerschovsky pudo explicar a los jueces que “dentro de la AFIP me dejaron arrumbado en un rincón, no tenía ni computadora y me querían rajar mediante un sumario en el que no tenían pruebas”. El único argumento que se esgrimía en su contra era que “la AFIP había perdido la confianza”.
Enceguecido de furia contra el empleado del Estado que se había animado a desafiarlo, Echegaray apeló primero el fallo de primera instancia de Bonadio, luego el de la Cámara del Crimen, y finalmente dos veces en Casación, pero siempre obtuvo fallos negativos. En la última de estas presentaciones, la Justicia dispuso incluso que todas las costas del juicio deberían se pagadas por la propia AFIP. O sea que el Estado tuvo que cargar con todos los costos de un proceso judicial que afectaba únicamente a Echegaray.
“Luché durante cinco años contra todo el aparato K, contra el aparato judicial de la AFIP y contra muchos compañeros que me tiraban a matar por el solo hecho de no defender el modelo. Pagué miles de pesos en abogados, soporté violencia laboral, soporté persecución, y hasta se intentó fabricar alguna prueba investigando a mis amigos, a mis padres y hasta escuchaban mis teléfonos”, recuerda ahora Gerschovsky sobre el calvario que le tocó vivir.
Ahora que Echegaray es quien quedó en la mira de la Justicia, el auditor dice que no siente sed de revancha. “No tengo rencor ni bronca sino satisfacción por haber aprendido que no se puede jugar a ser Robin Hood o Superman. Aprendí que el grueso de la sociedad sólo mira su ombligo. Aprendí a luchar de manera inteligente por las causas nobles usando mi voto. Pero sobre todas las cosas aprendí que si quiero dejar una marca tengo que aportar mi granito de arena, porque junto a miles de granitos vamos a cambiar a esta sociedad hacia el lado del progreso y el trabajo. La vida se ocupa de acomodar las cosas y yo siento que mi vida se ha acomodado”.
Fecha: 25/04/2016 - 11:18
Fuente: Clarin.com
Tema: Política
Por: Matías Longoni
https://www.clarin.com/politica/empleado-afip-denuncio-echegaray-calvario_0_4kMAIWwl-.html
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